Patatas para Freír Ecológica Ver más grande

Patatas para Freír Ecológica

1,98 € impuestos incl.

0,99 € por Por 500 grs.

V0112

Nuevo

Ideales para: comer crujientes patatas fritas o prepara una tortilla de patatas.

Mejor momento de consumo: La hay todo el año, pero las mejores de junio a septiembre.

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Verduras Ecológicas

En sus comienzos no se la consideraba una planta alimenticia, pero el tiempo fue dándole otro protagonismo, hasta convertirlo, tras los cereales, en uno de los alimentos más consumido del mundo. Más de la cuarta parte de las hortalizas frescas que consumimos al año viene en forma de patata. Sin embargo, no las conocemos demasiado. Viejas, nuevas, grandes para freír, pequeñas para guarnición y para de contar.

Es verdaderamente complicado hacer una clasificación que se ajuste a las diferentes opciones que hay, pero podemos ayudaros a entender a este alimento tan importante en la cocina mundial, explicando las tres grandes variedades que existen, según su maduración:

Patata temprana (ciclo completo de hasta 120 días), pequeñas, tersas, de piel fina y lisa con carne de color claro y uniforme. De sabor suave o ligeramente dulce, contienen más agua y menos almidón. Ideales para ensaladilla rusa, tortilla de patatas, freír o para cocer al vapor

Patata de estación (ciclos de entre 120 y 150 días), equilibrada proporción de almidón y humedad. Se recogen en el momento óptimo de su maduración, entre junio y finales de verano. Son las más versátiles ya que por lo general su contenido en almidón y humedad está en un término medio: si necesitas una 'patata para todo', escoge las recogidas en este momento. Ligeramente más grandes y secas que las patatas nuevas, las semitardías se conservan mejor.

Patatas tardías o viejas (más de 150 días de ciclo) Tradicionalmente fueron las patatas que se recolectaban durante el otoño, para que su piel se endureciera y así se podían almacenar luego durante meses para comerlas a lo largo del invierno. Son grandes, de piel gruesa, oscura y ligeramente arrugada, cubierta generalmente con algo de tierra para preservar el tubérculo de la acción de la luz. Su carne amarillenta tiene un sabor más complejo y una alta proporción de almidón, así que son idóneas para guisar ya que engordan las salsas y absorben mejor los sabores. También son mejores para hacer cremas y purés

Para freír, la ideal es la variedad “Agria”. Es una patata del año, patata semi-tardía, muy buena proporción entre fécula y agua. En este caso, las patatas se recogen antes de que maduren, siendo más frágiles y su tiempo de conservación menor. La piel es amarilla clara, muy fina y lisa. De color muy amarilla por dentro, y suele confundirse con la variedad Kennebeck. Otras variedades buenas parar freir son: Spunta, Caesar, Monalisa, Draga, Kennebec, Monalisa alavesa, Bintje.

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Algunos de los beneficios que nos aportan las patatas agrías son:

Favorecen el buen tránsito intestinal, al ser ricas en fibra.

Las vitaminas que contiene nos ayudan a mantener una buena salud en los diferentes tejidos del cuerpo, también para los músculos, huesos, la piel y aumentar las defensas.

Por los hidratos de carbono complejo que contiene nos favorece para mantener los niveles adecuados de azúcar en la sangre.

Al ser rica en almidón nos proporcionan energías de alta calidad y de fácil digestión, es apropiada para personas deportistas.

Ayudan a reducir la inflamación en caso de padecer de problemas reumáticos, inflamación de próstata, inflamación de la vejiga urinaria,

Rico en potasio y bajo en sodio.

TORTILLA DE PATATAS CON CEBOLLA

Tiempo:          90 minutos
Dificultad:       Media

Ingredientes:

  • 8 huevos camperos.
  • 700 g de patatas para freír.
  • Aceite de oliva virgen extra.
  • 1 cebolla grande.
  • Sal.

Elaboración:

  • Peláis las patatas, las laváis bien para quitar restos de suciedad y muy importante, las secáis.
  • Cortáis en láminas irregulares. Las colocáis en un bol grande, donde luego vais a mezclar con el huevo y añadís sal al gusto. Removéis bien y reserváis.
  • Ponéis una sartén antiadherente al fuego y añadís un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.
  • Introducís las patatas cortadas y ya saladas y dejáis que se cocinen durante aproximadamente veinte minutos a fuego bajo.
  • El tema del grosor de las patatas también va a gustos. Hay quien prefiere cortarlas a trozos muy pequeños, en láminas muy finas que casi se rompan al freír y o más bien grandes.
  • Mientras se están friendo las patatas, en el bol donde luego vamos a echar las patatas batís los huevos, reserváis.
  • Peláis y picáis la cebolla lo más fino posible.
  • En la misma o en otra sartén (dependiendo del tiempo a emplear) pocháis la cebolla hasta que tenga un color dorado, que tenga un punto de caramelización pero sin llegar a quemarse.  Otra opción es emplear alternativamente cebolla caramelizada que le da un toque excepcional a la tortilla.
  • Escurrís bien tanto las patatas como la cebolla y lo añadís al bol con el huevo batido.
  • Reposáis la mezcla durante al menos 15-20 minutos para que se junten bien todos los sabores.
  • En la misma sartén en la que hemos frito las patatas y una vez retirado el aceite. Cocináis la mezcla que tenemos en reposo. Para este tipo de tortilla sólo necesitáis 3 o 4 minutos a fuego medio-alto por cada lado. Depende de lo cuajada que queramos que quede la tortilla.
  • Tras ese tiempo, le dais la vuelta con un plato llano grande o con una tapadera especial para dar la vuelta a la tortilla. Dejáis cuajar durante otros 3 o 4 minutos y lista!
  • A nosotros nos gusta dejarla reposar durante 5 minutas antes de comerla.
  • ¡Buen provecho!

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